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Estrés

17/03/2024

Nuestro cuerpo tiene formas de regular situaciones con las que nos cuesta lidiar. Por sorprendente que te pueda parecer, el estrés es una de ellas. Es una respuesta a la presión o demandas del entorno. A diferencia del nerviosismo y la ansiedad, el estrés es más una reacción física y psicológica a las demandas externas, que puede ser positiva (eustrés) cuando nos motiva a enfrentar un desafío, o negativa (distrés) cuando supera nuestra capacidad de manejo y comienza a afectar nuestra salud física y mental.

  • Características principales.

Como toda reacción emocional, el estrés se muestra a través de diversas señales que nos pueden ayudar a indentificarlo:

  • Respuesta a presiones o demandas externas.
  • Puede ser positivo (eustrés) o negativo (distrés).
  • Está asociado con situaciones de sobrecarga.
  • A largo plazo, puede tener consecuencias negativas para la salud.

Clasificación del Estrés

El estrés puede manifestarse en distintos grados y bajo diferentes estímulos. Hemos hecho una breve lista de los más significativos para que puedas conocerlos:

  • Estrés Agudo: Es una respuesta a corto plazo ante una amenaza inmediata, a menudo descrito como la reacción de «lucha o huida».
  • Estrés Crónico: Se desarrolla cuando el estrés agudo no se resuelve y persiste a lo largo del tiempo, pudiendo afectar negativamente la salud.
  • Estrés Episódico Agudo: Ocurre cuando el estrés agudo se experimenta frecuentemente, común en personas con estilos de vida muy activos o personalidades «tipo A».
  • Estrés por Factores Ambientales: Resultante de la exposición constante a ambientes estresantes, como el ruido excesivo o la sobrecarga de trabajo.
Índice

Síntomas del Estrés

Los síntomas varían dependiendo la intensidad del momento en el cual te encuentres. Pueden ser físicos (dolores de cabeza, tensión muscular, problemas digestivos), emocionales (ansiedad, irritabilidad, depresión) y conductuales (cambios en el apetito, aumento en el uso de sustancias, aislamiento social).

Causas Subyacentes del estrés ¿qué te está estresando?

Una de las formas en la cual puedes afrontar el estrés, es conociendote a ti mismo. De este modo, podrás identificar si lo que te está causando sentirte así es causado por factores externos o internos.

  • Factores externos: Trabajo, relaciones personales, desafíos financieros.
  • Factores internos: Percepción de las demandas, actitudes hacia el cambio, rasgos de personalidad.

Las causas del estrés son tan variadas como los paisajes que atraviesa un río. Desde las turbulentas aguas del trabajo y las relaciones hasta las corrientes subterráneas de nuestras propias percepciones y personalidad, cada fuente alimenta el caudal del estrés.

Opciones y estrategias para manejar el estrés

Las opciones para el manejo del estrés también pueden variar. Sin embargo, hay cosas que puedes empezar a hacer para encaminarte a recuperar el control de tus emociones.

  • Técnicas de Manejo del Estrés: Ejercicio, técnicas de relajación (respiración profunda, meditación), establecimiento de límites saludables.
  • Terapia: Cognitivo-conductual, terapia de conversación para abordar las causas subyacentes.
  • Medicación: En casos de ansiedad o depresión relacionadas, bajo supervisión médica.

Ten en cuenta que a pesar de que estas técnicas son eficases, es importante que busques a un profesional de la salud mental si ves que no es suficiente.

¿Cuándo es momento de acudir con un profesional por estrés?

Buscar ayuda profesional para manejar el estrés es un paso importante que se debe considerar en varios contextos, especialmente cuando:

  1. El Estrés Se Vuelve Crónico: Si notas que el estrés no disminuye con el tiempo y se convierte en una constante en tu vida, afectando tu bienestar diario.
  2. Impacto en la Salud Física y Mental: Cuando el estrés comienza a tener un efecto negativo palpable en tu salud física (dolores de cabeza frecuentes, problemas digestivos, insomnio) o mental (ansiedad, depresión, irritabilidad).
  3. Dificultad para Manejar las Tareas Cotidianas: Si el estrés te impide realizar tus actividades diarias, como el trabajo, estudios o tareas del hogar, o afecta negativamente tus relaciones personales.
  4. Recurrencia de Pensamientos Negativos: Cuando te encuentras atrapado en un ciclo de pensamientos ansiosos, preocupaciones constantes o negatividad que no puedes controlar o disminuir por tu cuenta.
  5. Uso de Sustancias: Si empiezas a depender del alcohol, drogas o medicamentos sin prescripción como una forma de manejar tu estrés.
  6. Cambios Significativos en el Comportamiento: Como aislamiento social, agresividad, cambios drásticos en el apetito o en los patrones de sueño.
  7. Si el Estrés Deriva de un Trauma: Especialmente si has experimentado o sido testigo de un evento traumático y experimentas síntomas de estrés postraumático, como flashbacks, pesadillas, o evitación de situaciones que te recuerdan al evento.
  8. Cuando las Estrategias de Autocuidado No Son Suficientes: Si has intentado técnicas de manejo del estrés, como ejercicio, meditación o técnicas de relajación, y no ves mejoras significativas.

Recuerda que no eres menos valiente por pedir ayuda y buscar cuidar tu salud mental y física. Un profesional puede ofrecerte un diagnóstico preciso, estrategias de manejo personalizadas y, si es necesario, terapia o medicación adecuadas para tu situación.

Subtipos y Trastornos Relacionados

  • Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): Estrés y preocupación crónicos que interfieren con las actividades diarias.
  • Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): Después de experiencias traumáticas, con síntomas como flashbacks y pesadillas.

La OMS señala el estrés como una «epidemia global». Estudios muestran que hasta el 75% de adultos reportan experimentar estrés moderado a alto en el último mes.

El estrés es una parte inevitable de la vida, pero su manejo es crucial para la salud física y mental. Reconocer los síntomas y buscar estrategias efectivas de manejo puede ayudar a mitigar sus efectos adversos.